1 litro de agua
1 cucharada sopera de sal
1/2 kg de arvejas frescas
1 pocilio de aceite
2 cebollas chicas picadas fino 1 puerro chico picado fino 250 cm3 de crema de leche
Ramitas de tomillo: cantidad necesaria
Sal y pimienta blanca recién molida a gusto
Lavar muy bien las arvejas, el puerro y las ramitas de tomillo. Secarlos con papel de cocina.
Colocar el agua con la sal en una cacerola; llevarla al fuego y, cuando rompa el hervor, incorporar las arvejas y cocinarlas
hasta que estén bien tiernas.
Retirarlas, escurrirlas y procesarlas. Reservarlas tapadas en la heladera. Calentar el aceite en una sartén; incorporar
las cebollas y el puerro con una pizca de sal y rehogarlos hasta que estén tiernos.
Retirar las arvejas procesadas de la heladera y mezclarlas con las cebollas y el puerro rehogados. Tapar y reservar.
Poner la crema en una cacerolita y agregarle el tomillo; llevarla al fuego hasta que rompa el hervor.
Volcar la crema caliente sobre la preparación de arvejas. Salpimentar a gusto y mezclar.
Envasar la pasta en frascos de 1/4 kg, previamente esterilizados.
Tapar y esterilizar durante 20 minutos
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