1 y 1/2 kg de arvejas con su chaucha o 1/2 kg de arvejas frescas, ya peladas
2 tazas de vinagre de alcohol
1 taza de azúcar o miel
1 cucharada sopera de semillas de mostaza enteras
1 cucharadita de sal fina

Si se las compró con vaina, retirar las arvejas de las chauchas. Enjuagar.
Calentar 2 tazas de agua y el vinagre. Agregar el azúcar, la sal y las semillas de mostaza

Cuando hierva, sumar las arvejas y cocinar 1 minuto.

Retirar con espumadera y escurrir.
Ubicarlas en frascos, llenando casi hasta la rosca.

Cubrir las arvejas con el líquido caliente, hasta sumergirlas completamente.
Esterilizar 25 minutos (tiempo estimado para frascos de 360 g).

Una receta tan original corno sabrosa pues las arvejas en realidad tienen un inconfundible sabor dulzón que contrasta perfectamente
con el vinagre y el aroma de las semillas de mostaza.
Para tenerlas siempre a mano, y desechar, para siempre, las odiadas latas de arvejas rehidratadas.
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