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1 kg de frutillas limpias sin hojas ni cabitos
650 g de azúcar
1 cucharada sopera de jugo de limón
Lavar las frutillas antes de retirarles los cabitos y las hojas. Secarlas con papel de cocina. Lavar el limón cepillándolo.
Cortar las frutillas en trozos y colocarlas en un bol.
Incorporar el azúcar y el jugo de limón
Mezclar muy bien y tapar. Dejar macerar en lugar fresco, afuera de la heladera, cubierta con film, hasta el día siguiente.
Procesar la mezcla con un mixer y pasarla a una cacerola.
Cocinarla a fuego suave hasta alcanzar el punto mermelada.
Retirarla del fuego y distribuirla (en caliente) en frascos de 1/2 kg, previamente esterilizados, dejando 2 cm libres en los
bordes superiores.
Tapar los frascos y colocarlos dentro de una olla sobre un repasador limpio, separados por
un lienzo u otro repasador para que no se golpeen
durante la esterilización.
Cubrirlos con agua caliente y llevar la olla al fuego. Esterilizar durante 20 minutos a partir de que el agua rompe el
hervor.
Cuando se está llegando al final de la cocción (según indica la receta), poner en un plato un poco del dulce que estamos elaborando,
llevarlo al freezer o congelador hasta que enfríe y, de esta manera, ver la consistencia final del dulce. Otra forma es colocar
una cucharadita del dulce en un vaso con agua helada; si el dulce no pierde la forma, podemos considerar que alcanzó su punto.
* Otro modo de comprobarlo es a través de la temperatura. El punto mermelada se alcanza entre los 105 y los 108 grados aproximadamente.
Tenga en cuenta que se debe utilizar termómetro de alcohol y no de mercurio, ya que si el termómetro se rompe, el mercurio
es altamente contaminante.
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